Mancha # 2 -Sustratos- Marcela Varela



Para comenzar la palabra sustrato tiene diversos significados, pero en esta ocasión me interesan solo algunos, ya que encuentro que se relacionan entren sí. Se entiende por sustrato la sustancia propia de las cosas, también un terreno o capa que está debajo de otra/o, asimismo es un aspecto interior que puede aflorar, o bien puede ser la influencia de una lengua sobre otra.
Curiosamente en la ciudad de Buenos Aires la publicidad en su mayoría se imprime sobre papel, que según la ley no. 2936/08 sobre la actividad publicitaria exterior, es también un sustrato. 

“La Paternal no olvida”  

Está frase abunda en imágenes, textos, cartas, mensajes, opiniones, etc…  referentes al barrio La Paternal de Buenos Aires, Argentina. Una frase que remite directamente a la memoria personal y local y a un pasado que clama justicia.
Ahora bien, al momento de pensar en una intervención espacial, específicamente en el muro de una institución ubicada en un barrio de cierta ciudad, de un país diferente al mío; me impulsó a investigar sobre éste, encontrando un factor común entre aquellos que lo habitan y que alguna vez lo habitaron, y es: El sentido de pertenencia que linda con la identidad y la memoria.  Pero una vez en el lugar esta frase es solo una idea vaga que en ciertas ocasiones aparece sobre algún muro del sector ya corroído por el tiempo y cubierto por un sinfín de frases más. No es curiosidad, entonces que a cambio de esto a cada 300 metros existan muros con publicidades de casi 9 metros  de largo y superficies de hasta 120 m2 cubiertas de papel con publicidad sobre productos, económica, política, deportes, entretenimiento etc. dispuestas siempre superficies metálicas con estándares establecidos. 
Esto me hizo pensar: ¿Cuántos metros de papel son usados para imprimir? ¿Cuántos cartuchos de  tinta? ¿Cuántos litros de pegamento? Unas cifras incalculables en este momento, para una ciudad donde remover 2 metros de papel con un espesor de alrededor 5 milímetros lleva aproximadamente 3 horas a una sola persona y menos de 15 horas para estar cubierta nuevamente por una nueva publicidad.  
Entonces esa memoria que en un comienzo me inquietaba ¿cómo es abordada ahora? Quiero pensarlo como aquello que se restaura y se reintegra al presente con la idea de activarlo en un circuito, y que parte de un recuerdo personal y subjetivo, para finalizar en uno social, que a su vez es plural y popular; donde el soporte y el espacio (muro) funcionan como un medio para transmitir un mensaje creado a partir de la reunión de estas historias, que desde diferentes puntos de vista permiten reinterpretar el pasado, contar una historia más uniforme que esclarece la identidad arraigada al lugar de pertenencia y poner en juego el cómo transmitir la memoria y compartirla por medio de las prácticas y estrategias de consumo de un lugar. 

Marcela Varela